Prevención solar para bebés

Las radiaciones solares, además de provocar quemaduras y envejecimiento de la piel, son las causantes de producir cáncer de piel. Los más vulnerables a estas consecuencias son los bebés y niños, por su mayor sensibilidad a los rayos ultravioleta (UV). También hay que tener en cuenta el efecto acumulativo: la piel tiene memoria y conserva el recuerdo de todo daño sufrido. Las quemaduras en la infancia aportan un riesgo añadido de padecer cáncer de piel en la etapa adulta.

Aquí te presentamos unos consejos destinados a proteger la piel de los bebés de los efectos nocivos del sol:

1. No exponer a un bebé menor de seis meses directamente al sol:

Los médicos aconsejan no poner a un recién nacido en contacto directo con el sol. Los bebés de más de un mes han de estar bajo la sombrilla durante una jornada en la playa o en la piscina, excepto a primera hora de la mañana y última de la tarde.

2. Las cremas solares no son recomendables antes de los seis meses:

Los pediatras indican que el mejor protector solar para un bebé menor de seis meses es la sombra. A partir de los seis meses podrán empezar a utilizarse en pequeñas cantidades en las zonas más sensibles.

3. Los efectos del sol sobre la piel, especialmente peligrosos hasta los tres años:

Aunque el cuidado frente al sol deba extenderse durante toda la vida, es especialmente importante durante los tres primeros años y debe prolongarse durante la infancia.

4. El protector solar debe aplicarse correctamente:

El protector solar debe de ser específico para niños y puede empezar a utilizarse partir de los seis meses y con moderación hasta que el niño cumpla un año. Debe aplicarse media hora antes de exponer al bebé al sol; los especialistas recomiendan extremar la precaución en el rostro, labios, cuello, cabeza, torso, orejas y dorsos de los pies, y administrar la crema cada dos horas. Es conveniente evitar que un niño esté en contacto directo con el sol entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde.

5. La protección debe administrarse aunque el niño no esté bajo exposición solar:

La aplicación de protección solar se tendrá que poner al bebé incluso cuando se encuentre a la sombra, o en los días nublados.

6. La ropa es el mejor escudo de un bebé:

Aunque se haya aplicado protección solar al bebé, los pediatras recomiendan vestirlo con ropa de algodón puro y no olvidar nunca cubrir su cabeza con un gorro. También advierten de no tapar en exceso al niño para que permanezca a una temperatura fresca y no sude ni sufra golpes de calor.

7. Evitar golpes de calor mediante una hidratación adecuada:

Si un bebé es expuesto al sol podría sufrir un golpe de calor. Esto puede ocurrir incluso aunque el niño lleve crema solar, pues esta protege de los efectos nocivos del sol pero no combate el calor. Para evitar un posible golpe de calor habrá que mantener suficientemente hidratado al bebé, dándole de beber tanto líquido como sea necesario.

8. El agua, la hierba, la arena y la nieve reflejan los rayos solares:

Hay que tener especial cuidado en de la piel del bebé en la piscina, la playa, la nieve y el campo, o en cualquier lugar en el que haya elementos potenciadores de la radiación solar.

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