Prevención de la insolación en niños

¿Por qué se produce la insolación en los niños?

Pero, ¿por qué los pequeños son más sensibles frente a las insolaciones en verano? Sus cuerpos no han finalizado el desarrollo, aún no saben del todo cómo regular los cambios extremos de temperatura del modo más eficiente, por lo que una exposición solar excesiva o una subida extrema del termómetro pueden implicar para ellos un peligro serio. Esto explica que los bebés, así como los menores de seis años, sean los más susceptibles a padecerlas.

¿Qué hacer en caso de insolación infantil?

Un bebé o un niño con una insolación deben ser colocados en el lugar más fresco posible y enfriar su cuerpo con compresas o paños de agua fría sobre la cabeza, el cuello, el pecho, los brazos y los muslos. Las compresas hay que irlas renovando ya que enseguida pierden su capacidad refrescante.

Un niño con insolación necesita beber, siempre y cuando esté lúcido. Si no está del todo consciente, es mejor no hacerlo, ya que el pequeño podría atragantarse y esto agravaría el problema.

Si es un bebé, se aconseja quitarle toda la ropa y, en caso de que sea posible, darle un baño con agua fresca.

Cuando un niño sufre una insolación, siempre se debe acudir a un médico cuanto antes, para asegurarse de que se ha recuperado y no habrá inconvenientes después.

Algunos medicamentos pueden aumentar el riesgo de insolación (en general son medicamentos utilizados en adultos). Conviene preguntar si el medicamento que se está administrando al niño puede aumentar este riesgo.

Consejos para prevenir la insolación infantil

  1. Vestir al niño o al bebe con ropa amplia, con materiales suaves y finos y de colores claros.
  2. Proteger del sol con sombreros o sombrillas.
  3. Mantener hidratada la piel del niño o del bebe con productos adecuados.
  4. Usar crema protectora solar con factor de protección superior a 50.
  5. Beber suficiente agua antes de comenzar cualquier actividad al aire libre, e ir bebiendo durante todo día aunque el niño no tenga sed.
  6. Programar las actividades al aire libre a horas poco calurosas (antes de las 10 de la mañana o después de las 6 de la tarde).

Y después de una insolación, ¿qué hay que hacer?

Tener una insolación hará más sensible al niño o al bebe a las condiciones calurosas durante más o menos una semana después. Hay que evitar que el niño haga demasiado ejercicio así como la exposición de nuevo a temperaturas cálidas. Hay que preguntar al pediatra sobre cuándo puede volver el niño a realizar sus actividades normales sin que esto represente ningún riesgo.

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Fotos: Derek Thomson